Aplazamiento de la reforma de salud: Un gran triunfo
La reforma de la salud no fue aprobada en esta legislatura, como era el propósito del Gobierno. La discusión de la ley ordinaria en la Comisión Séptima de la Cámara se reiniciará en marzo de 2014.
Este hecho es un rotundo triunfo del movimiento que se opuso a los proyectos radicados el 19 de marzo por el presidente Santos y su Ministro de Salud. Un análisis de la táctica con la que el Gobierno buscó sin éxito contrarrestar las manifestaciones nacionales de rechazo a la reforma retrata muy bien hasta dónde la verdadera intención de Santos no es mejorar las deplorables condiciones de atención, ni promover la salud, sino consolidar como eje del sistema el negocio de las distintas formas de intermediación financiera y de aseguramiento. En primer lugar, el Gobierno ha retirado del texto de la reforma puntos que han generado resistencia a cambio de mantener viva la figura de la intermediación representada en los llamados Gestores de Servicios de Salud (EPS). Así, aunque la reforma busca abrirle campo a más medicina prepagada e “incentivar” a más sectores de la población a comprar de su bolsillo seguros privados, el ministro Gaviria retiró todo el capítulo VI de su proyecto inicial dedicado a la “Cobertura complementaria en salud”. Igualmente, cuando la propuesta de formar médicos especialistas en hospitales sin respaldo académico de una universidad lanzó a las calles a miles de estudiantes de universidades públicas y privadas prontamente se retiró el artículo. Una segunda acción que se hizo evidente fue la de enviar a funcionarios y beneficiarios de la intermediación en salud a difundir mensajes como: este es asunto técnico complejo y los críticos no saben del tema; los opositores critican pero no proponen alternativas; es mejor aprobar la reforma y luego se le hacen ajustes; si no se aprueba ahora, el sistema de salud será un caos (como si ya no lo fuera); y el mensaje que refleja mejor la desesperación del Gobierno: un sistema de salud sin aseguramiento sólo es posible en un país socialista, olvidando que por ejemplo en Inglaterra, cuna del capitalismo, desde 1948 se estableció un Sistema Nacional de Salud sin EPS ni nada que se le parezca.