En Memoria del Doctor Alfredo Ardila

Bernardo Useche, Alfredo Ardila

 

“Los hombres vienen y van, contribuyendo algo, con pequeñas piezas, a la empresa general del conocimiento…Solo el trabajo sólido permanece y el trabajo que ha sido realizado a través de los esfuerzos de investigadores particulares será continuado en el futuro en virtud de su propia lógica interna…” Alexander Luria

 

La última vez que tuve la oportunidad de conversar personalmente con el Dr. Alfredo Ardila fue en el mes de noviembre de 2018. Afable como siempre, se encontraba feliz de estar en Bogotá, compartiendo con su familia.  Hablamos de la situación de la psicología en Colombia y de su trabajo científico en universidades y hospitales de la antigua Unión Soviética, España, México y especialmente en Estados Unidos, país donde había recibido en 1996 su acreditación por el American Board of Professional Neuropsychology y en donde se había radicado y se desempeñaba como profesor de la Universidad Internacional de la Florida. Hoy supimos de su fallecimiento en la ciudad de Miami.

Alfredo se graduó de Psicólogo en la Universidad Nacional de Colombia en 1969, el año en que iniciábamos estudios en la misma universidad un grupo, que desde entonces empezamos a seguir su trayectoria, especialmente desde cuando tuvimos noticia de su ingreso a la Universidad Estatal de Moscú, para hacer su doctorado en neuropsicología bajo la dirección de Alexander Luria y de donde se graduó en 1976. La influencia de Luria y de predecesores de la talla de Lev Vygotsky (Ardila, 2016) está presente en la obra científica que constituye su legado y que, en general, podríamos decir que se centra en el estudio del cerebro, la cultura y el lenguaje.

Alfredo Ardila (según listado de publicaciones que le solicité hace 3 años) es autor de cuatrocientos setenta y uno (471) entre artículos científicos y capítulos de libros; Cincuenta y seis (56) libros o monografías; y siete (7) baterías de pruebas neuropsicológicas. Buena parte de esta producción bibliográfica escrita en coautoría con la Dra. Mónica Roselli.

No es entonces una exageración afirmar que el legado del Dr. Ardila a la neurología y la psicología es enorme.  Sus múltiples publicaciones dan cuenta tanto de su trabajo como investigador, como de sus aportes a la teoría y el pensamiento psicológicos y a la práctica de la psicología clínica. Alfredo fue también un excelente profesor y mentor de innumerables estudiantes; y fueron muchísimos los pacientes que se beneficiaron de su generosidad y competencia profesional.

Luria afirmó sobre su contribución a la ciencia: “Los hombres vienen y van, contribuyendo algo, con pequeñas piezas, a la empresa general del conocimiento…Solo el trabajo sólido permanece y el trabajo que ha sido realizado a través de los esfuerzos de investigadores particulares será continuado en el futuro en virtud de su propia lógica interna…”. Esta cita incluida en el obituario que escribiera el Dr. Ardila sobre su mentor (Ardila, 1977), se aplica perfectamente a su propia obra.

A su esposa, Dra. Mónica Roselli; a su hermano, Dr. Rubén Ardila; a todos sus familiares y allegados; mi respeto y mis condolencias. A los colegas psicólogos, una invitación a honrar la memoria del Dr. Alfredo Ardila, estudiando y difundiendo sus aportes al conocimiento y a la práctica clínica.

 

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