15000 muertos por covid-19 y el impacto psicológico en sus familiares y amigos
El impacto psicológico y la urgencia de atención a familiares y amigos. 15.000 fallecimientos significan sufrimiento emocional intenso y duelo para 15.000 grupos familiares y 15.000 redes de amigos, conocidos, compañeros de trabajo o de estudio, vecinos… pero esta situación no se ha reconocido, ni se le ha dado importancia en su verdadera dimensión.
“Con los 287 decesos registrados hoy domingo, Colombia sobrepasó los 15 mil muertos por covid-19. La suma de fallecidos llega a 15.097” escribió el periodista Pastor Virviescas en su registro diario. El mismo que nos hace llegar diariamente a los interesados en sus agudas observaciones sobre el desarrollo de la pandemia (ver su gráfico más abajo). Más adelante agregó: “La relación de muertes por cada millón de habitantes en el mundo es de 99.1 y en Colombia de 296”. Algo está muy mal en el manejo de la emergencia en Colombia cuando tenemos la cuarentena continua más larga y una de las proporciones más altas de fallecimientos del planeta
Gráfico de Pastor Virviescas, domingo 17 agosto 2020
Desde la perspectiva del impacto psicológico, 15.000 fallecimientos significan sufrimiento emocional intenso y duelo para 15.000 grupos familiares y 15.000 redes de amigos, conocidos, compañeros de trabajo o de estudio, vecinos… pero esta situación no se ha reconocido, ni se le ha dado importancia en su verdadera dimensión.
En casos como el de los médicos, enfermeros, y demás profesionales y trabajadores de la salud que han fallecido, las comunidades y gremios a que pertenecían se han pronunciado y expresado su tristeza y su dolor.
Son múltiples historias que conmueven, como la siguiente: la semana anterior murió en Florencia, Caquetá, el médico internista Juan de Jesús Larios quien, aunque la cuarentena lo había encontrado en una ciudad de la costa atlántica, viajó en un camión hasta Florencia para cumplir con su deber. Antes de transcurridas 24 horas, murió también en el hospital de la misma ciudad, la enfermera jefe Marlen Stella Melo. El 22 de marzo pasado en el comienzo de la pandemia, el personal de salud en Florencia había grabado un video en donde al tiempo que reafirmaban su compromiso en la primera línea de atención a las personas infectadas, denunciaban: tres (3) meses de atraso en el pago de sus salarios, el no pago de lo adeudado por las EPS a su hospital y la falta de insumos y de elementos de protección personal.
Estas muertes de profesionales y trabajadores de la salud, a la vez que causan profundo dolor a sus allegados se convierten en factor intensificador del stress al que se ven sometidos a diario por las condiciones en que prestan atención en sus largas jornadas. Aunque el símil con la guerra no siempre es el más afortunado, se puede decir que el fallecimiento de un colega o compañero de trabajo en un hospital es el equivalente a la muerte en combate del soldado que hace parte del mismo operativo militar. Pude ser yo… puedo ser el próximo… porqué él (ella)… si era tan joven… son parte de los pensamientos inmediatos que consciente o inconscientemente afectan a las personas testigos de esas muertes, pensamientos que son comunes también en sus seres queridos.
Desde el Equipo de Respuesta Psicológica al COVID-19 del Colegio Colombiano de Psicólogos hemos dado prioridad a la prevención y atención de las necesidades de salud mental del personal de salud durante la pandemia, principalmente a través de intervenciones en grupos de apoyo psicológico y en manejo del duelo. La Asociación Colombiana de Psiquiatría ha implementado una campaña de cuidado mental al cuidador. Otras instituciones desarrollan programas de esta naturaleza. Pero esto es absolutamente insuficiente. Solo el gobierno puede diseñar una estrategia y dedicar los recursos que hagan posible la prevención y mitigación de los problemas y trastornos mentales que van a ser evidentes en los próximos meses entre miembros del personal de salud.
La situación es aún más desatendida entre los familiares y amigos de los 15.000 fallecidos que se cuentan hasta ahora en la pandemia. Hace pocos días, Jorge Alberto Toro, Director Ejecutivo de la Unión de Instituciones Prestadoras de Salud – UNIPS -, me alertó sobre la gravedad del nuevo síndrome de afectación psicológica que se puede observar en las personas afectivamente cercanas a los, en ese momento, 10.000 fallecidos y que como las enfermedades huérfanas parece no tener en el gobierno nacional a un doliente. Antes de que tuviera tiempo de escribir estas reflexiones, ¡el conteo de las personas que han muerto subió a 15.000!