12 claves para entender la salud mental

BUSE

 

Hablando de salud mental en estos días de pandemia he llegado a la conclusión que es necesario tener una visión propia y bien estructurada sobre el tema. A continuación, mis reflexiones:

1.

Un estado de equilibrio psicológico: En general se entiende la salud mental como un estado de equilibrio psicológico que le permite a la persona desarrollar sus habilidades tanto presentes como potenciales, así como abordar y superar el stress común al diario vivir. Si se cuenta con salud mental las personas pueden ser muy productivas en lo que hacen (estudiar, trabajar, hacer deporte, practicar música, un arte o un oficio, etc), a la vez que pueden participar comunitariamente y contribuir a la comunidad.

2.

Mente sana en cuerpo sano: Es importante entender la integralidad de la salud y en especial entender que la salud mental hace parte de la salud física. En ese sentido la salud mental corresponde en primer lugar, pero no exclusivamente, a un apropia do funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. Actualmente las neurociencias han avanzado muchísimo en el conocimiento de los correlatos neurofisiológicos del stress, la ansiedad y la depresión. El dualismo cuerpo mente no existe. La tradición y los abuelos han tenido razón al hablar de mente sana en cuerpo sano.

Por esa razón, el fundamento de una buena salud mental es el mismo de una buena salud física: la satisfacción de las necesidades básicas, una buena nutrición, el ejercicio físico, el dormir bien, las actividades al aire libre y el contacto con la naturaleza, una red de amigos a distintos niveles así no sea muy extensa; una vida sexual satisfactoria. Los malestares y las enfermedades físicas afectan la salud mental y a su vez los problemas mentales afectan la salud física. Por ejemplo, esto es hoy evidente en el cáncer, la enfermedad cardiovascular o el síndrome metabólico.

3.

Un equilibrio Inestable: Conceptualmente, se podría decir que la salud mental es el equilibrio inestable y dinámico, (una relativa armonía), entre nuestro cerebro y psiquismo (pensamientos, emociones, conductas) con la realidad exterior, la naturaleza y la sociedad. Especialmente la salud mental requiere de un equilibrio en nuestras relaciones interpersonales. A mayor consciencia, percepción, o “darnos cuenta” de la realidad en que vivimos, incluida la realidad de las personas con que nos relacionamos; y a mayor ajuste o adaptación de nuestro ser psicológico a esa realidad mayor salud mental. A menor contacto con esa realidad, menos salud mental. La salud mental también tiene una dimensión comunitaria o colectiva. Ejemplos de esa condición mental colectiva los podemos encontrar en las “barras bravas” de los hinchas de un equipo de futbol, o en el fanatismo político. El pueblo alemán no ha acabado de sanar las heridas psicológicas provocadas por su apoyo al fascismo y en Colombia, todas las violencias incluyendo la violencia policial y la violencia del vandalismo son síntomas del deterioro de la salud mental colectiva. A mayor control y poder transformador individual y colectivo de esa realidad mayor salud mental, a menor control de la realidad, menor salud mental. En esa perspectiva, la protesta legítima y pacífica es una manifestación de salud mental colectiva.

4.

Desigualdad social: La salud mental está determinada socialmente por las condiciones de vida, los ingresos, el acceso a servicios de salud, la oportunidad de combinar, el trabajo con la actividad física, la recreación. En este sentido, se explica porque a mayor desigualdad económica y social en un país mayor precariedad en la salud mental de la población.

5.

Ciclo de vida: La salud mental está en correspondencia con las etapas del desarrollo psicológico y las fases del ciclo de vida en que se encuentre la persona. De tal manera, la salud mental de los niños exige atender las características propias del período infantil, y de modo similar la salud mental en la adolescencia, la adultez joven, la adultez y la vejez.

6.

Emociones y salud mental: Las emociones son reacciones neuropsicofisiólógicas reflejas o automáticas, son reacciones naturales o normales ante nuestro contacto con la realidad que causan impacto en nuestros pensamientos y en nuestra conducta. Por esta razón los psicólogos han insistido con la llegada de la pandemia en que es “normal” sentir miedo, stress o tristeza. Estas emociones son la manera como reaccionamos ante la realidad de la incertidumbre del contagio, del futuro, ante la interrupción de los hábitos y patrones de comportamiento. Reprimir las emociones no es saludable y facilita la aparición y arraigo de diversos problemas mentales.

7.

Problemas o trastornos: Actualmente se hace una diferencia entre “problemas mentales” y “trastornos mentales” (anteriormente se diferenciaba entre neurosis y psicosis). Los problemas mentales son estados emocionales como la ansiedad y la depresión que, si bien perturban la vida diaria de las personas, no impiden la funcionalidad en el mundo real, mientras que los trastornos mentales como la depresión clínica severa, o la esquizofrenia, el equilibrio entre la persona y la realidad está fragmentado y esa desconexión no le permite a la persona con el trastorno, funcionar apropiadamente en la vida real, en la vida cotidiana.

8.

Inteligencia emocional: Hay diversos enfoques para manejar los desequilibrios emocionales. Uno de los más importantes es el propuesto por el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, el cual parte de que la inteligencia emocional es la habilidad para Reconocer, Entender, Etiquetar (identificar o denominar), Expresar y Regular las emociones (RULER por las iniciales en inglés).

9.

La libertad es la consciencia de la necesidad: En mi propia experiencia clínica y personal he encontrado muy útil para abordar los problemas mentales, el principio filosófico: “La libertad es la consciencia de la necesidad” pues cuando se compren de y se interioriza, la persona entiende que mucha de la ansiedad y la depresión proviene de la frustración de querer hacer lo que quiere y tener que enfrentarse a la dura realidad que se lo impide. Recordemos que el neurótico vive haciendo castillos en el aire y el psicótico habita en ellos. En ambos casos se elude el enfrentar la realidad. Ser libre consiste en aceptar la realidad y conscientemente hacer lo necesario para transformarla.

10.

Mindfulness: Igualmente, la investigación experimental y neuropsicológica ha demostrado que los principios filosóficos del budismo adaptados en lo que hoy se conoce como Mindfulness proporcionan herramientas útiles (el “darse cuenta”, el “aquí y el ahora” la “empatía” y la “compasión” entre otros) para el control emocional y la salud mental.

11.

Androginia psicológica: Estoy de acuerdo con el concepto de “androginia psico lógica” propuesto por la psicóloga Sandra Bem. Es claro que la cultura machista asigna roles diferenciales a hombres y mujeres en cuanto a la libertad emocional, lo que se define perfectamente en la expresión: “los hombres no lloran”. Por el contra rio, los estudios de Sandra Bem demostraron que, a mayor androginia, es decir a mayor expresión de las emociones en cada uno de nosotros sin que importe el sexo o el género, mayor salud mental.

12.

Psicólogos y psiquiatras: Psicólogos y psiquiatras son profesionales con formación y entrenamiento específico para cuidar la salud mental de las personas. Actual mente, psicólogos clínicos y psiquiatras emplean diferentes enfoques y técnicas psicoterapéuticas que han demostrado ser efectivas en el manejo de problemas y trastornos mentales. Además, los psiquiatras por su formación médica prescriben psicofármacos, es decir, formulan medicamentos que actúan sobre el sistema nervio so y que están indicados, especialmente, en el tratamiento de trastornos mentales severos. Cuando signos y síntomas como el stress, la irritación, la desesperanza, la tristeza o el temor; la dificultad para conciliar el sueño o para concentrarse en las tareas diarias; los problemas gástricos o con el apetito, los dolores musculares o las cefaleas; los sentimientos de soledad e impotencia no son experiencias pasajeras, sino que duran por varios días seguidos, haciendo sentir a la persona infeliz y causándole problemas en la vida cotidiana es el momento de pedir ayuda.

Nota: Este articulo fue publicado en el portal de colpsic el 14 de septiembre de 2020

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